Del 29 de junio al 5 de julio, el cielo presenta una configuración equilibrada y rica en matices, con una distribución amplia entre los cuatro elementos. Planetas en agua y tierra invitan a la estabilidad emocional y la conexión con lo esencial, mientras que la presencia fuerte de fuego y aire impulsa la acción, la inspiración y el movimiento mental. El Sol y Júpiter en Cáncer proponen una expansión desde lo emocional y el hogar. Es una energía que favorece la sensibilidad, la introspección, el cuidado de los vínculos cercanos y el reconocimiento de las necesidades del alma. Sin embargo, al formar cuadratura con Saturno y Neptuno en Aries, se activa una tensión entre el deseo de seguridad emocional y la necesidad de actuar con propósito y claridad espiritual. Esta cuadratura desafía a integrar estructura y sensibilidad, impulso y contención, visión y responsabilidad.
La conjunción entre Saturno y Neptuno en Aries es uno de los aspectos más importantes de esta semana. Marca un momento poco común donde la disciplina y la visión se cruzan. Neptuno aporta inspiración, idealismo y disolución de límites; Saturno pone forma, estructura y exigencia. En Aries, signo de inicio y fuego directo, este encuentro propone una acción profundamente alineada con el alma, pero también requiere madurez, dirección y compromiso con lo que realmente importa. Puede sentirse como una necesidad interna de dejar atrás ilusiones o evasiones, para comenzar algo más verdadero, más concreto, más propio.
Mientras tanto, Venus en Tauro forma conjunción con Urano, encendiendo el deseo de cambio en temas de amor, autoestima y placer. Tauro busca la permanencia, la sensualidad y lo conocido; Urano trae lo imprevisto, lo disruptivo, lo nuevo. Esta combinación puede traer giros en relaciones, cambios en valores personales, o una necesidad urgente de libertad dentro de estructuras afectivas. No se trata de romper por impulso, sino de abrir espacio para lo auténtico. El día 5 de julio, Venus entra en Géminis, y los vínculos adquieren un tono más ligero, comunicativo y curioso. Las relaciones buscan ahora estimulación mental y variedad, lo que puede favorecer el juego, el diálogo y el intercambio de ideas.
Mercurio en Leo aporta claridad expresiva y firmeza en la palabra. Es un tránsito que favorece la comunicación desde el corazón, pero también puede llevar al orgullo si no se equilibra. Marte en Virgo continúa sosteniendo una acción precisa, disciplinada y enfocada en el servicio. Es momento de actuar con inteligencia, sin dramatismo, resolviendo los detalles que dan forma a lo que queremos construir.
La Luna entra en fase creciente el 2 de julio, marcando una semana propicia para tomar decisiones, dar forma a intenciones sembradas y avanzar con mayor claridad. El cielo acompaña procesos de transformación, pero no desde la urgencia, sino desde la coherencia. Es una semana para integrar impulso con sensibilidad, claridad con intuición, y libertad con compromiso, y para avanzar con el corazón bien plantado en tierra firme.